Por: Francisco Ulloa Enríquez
Los recursos forestales son un patrimonio de los ecuatorianos, y en
Cotopaxi debe constituirse en una tarea de todos colaborar activa o pasivamente
en la Gestión Forestal Sostenible.
El crecimiento de la población y de las áreas urbanas hace que se ocupe
tierras destinadas a la producción agrícola, esto trae como consecuencia el
aumento de la deforestación para crear nuevos terrenos destinados a la
agricultura y la ganadería.
El papel de los bosques como sustento de vida y especialmente de equilibro
ecológico es fundamental, la estabilidad climática en gran medida depende de la
conservación de estos, nos quejamos de la ausencia o escasez de lluvias y
miramos impávidos como los árboles desaparecen del paisaje andino.
Ocupan una buena parte del territorio provincial el Parque Nacional Cotopaxi, el Parque
Nacional LLanganates y la Reserva Ecológica de los Illinizas, sin embargo esto
no debe ser pretexto para que del entorno de las ciudades desaparezcan los
árboles.
Nuestro paisaje no solo sería más pintoresco sino que ayudaría mucho en la
estabilidad climática, si árboles de molle, capulí, aliso, quishuar, sauco,
nogal, cedro, arrayán, cascarilla, polylepis, por mencionar unos cuantos, se
incorporan a nuestro entorno. Estos además de ser nativos de los Andes protegen
nuestra tierra sujeta a fuertes afectaciones de degradación.
A las ciudades de la provincia les hace mucha falta amplios cinturones de
verde follaje, que cambie la gris imagen de lomas enteras alteradas por la
minería y ausentes de vegetación, desposeídas de vida, contrariando la lógica
de la gran biodiversidad que caracteriza al Ecuador.
Es necesario mejorar la gestión forestal de la provincia, el control para
evitar las afectaciones a bosques nativos debe ser más riguroso, los incentivos
para quienes conserven bosques o incorporen a sus propiedades elementos de
manejo forestal sustentable deben ser adecuadamente difundidos y mejorados, la
información geo referenciada y oportuna debe servir para una adecuada toma de
decisiones.
Esperando sirva para el análisis, reflexión, concienciación y motivación,
transcribo lo que señala el Artículo 5, del segundo párrafo de la Ley FORESTAL
Y DE CONSERVACION DE ÁREAS NATURALES Y VIDA SILVESTRE: Se consideran
bosques y vegetación protectores aquellas formaciones vegetales, naturales o
cultivadas, que cumplan con uno o más de los siguientes requisitos: a) Tener
como función principal la conservación del suelo y la vida silvestre; b) Estar
situados en áreas que permitan controlar fenómenos pluviales torrenciales o la
preservación de cuencas hidrográficas, especialmente en las zonas de escasa
precipitación pluvial; c) Ocupar cejas de montaña o áreas contiguas a las
fuentes, corrientes o depósitos de agua; d) Constituir cortinas rompevientos o
de protección del equilibrio del medio ambiente; e) Hallarse en áreas de
investigación hidrológico - forestal; f) Estar localizados en zonas estratégicas
para la defensa nacional; y, g) Constituir factor de defensa de los recursos
naturales y de obras de infraestructura de interés público.
Varios estudios
señalan que en Cotopaxi en el período comprendido entre 1990 y el año 2000 la
deforestación anual promedio fue de 1452 hectáreas por año; en tanto que entre
el 2000 y el 2008 la deforestación fue de 726 hectáreas por año. Sin bien
existió una tendencia a bajar la afectación forestal, esta sigue siendo alta,
por ello es necesario desarrollar acciones efectivas en este campo.
La cultura ambiental
en los cotopaxenses no debe ser simplemente declarativa, debe ser proactiva, y
todos podemos poner nuestro granito de arena para proteger a nuestra madre
tierra.
No hay comentarios:
Publicar un comentario