lunes, 26 de septiembre de 2016

LAPAZ EN COLOMBIA

Por Francisco Ulloa Enríquez

La firma de los acuerdos de paz entre el Gobierno de Colombia y las FARC, sin duda, es un suceso que nos alegra a todos quienes creemos que en este siglo XXI deben ponerse fin a las confrontaciones armadas.

A los ecuatorianos, el estado de guerra que ha vivido Colombia por más de seis décadas, nos ha acarreado conflictos que van desde tener que atender, sin estar debidamente preparados, a miles de refugiados y sufrir los efectos colaterales de la violencia generada por la delincuencia organizada, que ha hecho del país lugar de tránsito del tráfico de drogas y espacio propicio para que el secuestro y el sicariato hayan aparecido con las lógicas consecuencias de inseguridad.

Los acuerdos de paz suscritos en la Habana y ratificados en Cartagena nos ofrecen lecturas esperanzadoras para un pueblo bueno como el colombiano y para los países latinoamericanos, más aún para nosotros que somos vecinos y compartimos una frontera extensa que por años ha sido caliente.

La paz crea serios desafíos para el actual y  los venideros gobiernos colombianos que tendrán que desarrollar acciones tendientes a acabar con las fuertes inequidades generadoras de un problema político causante de cientos de miles de víctimas. Estos acuerdos, entre otras cosas, deben motivar a una progresiva disminución de un gigantesco ejército demandante de enormes recursos económicos, los mismos que podrían servir para cumplir con ofertas de obras de atención prioritaria a amplios sectores campesinos pobres que fueron obligados como única opción a cultivar la coca como medio de subsistencia, sirviendo inconscientemente a carteles poderosos que ahondaron los problemas  de Colombia.

El Ecuador también deberá redefinir su actuación en la frontera, para otorgar nuevas y mejores oportunidades a nuestros coterráneos que por años han  aprendido a lidiar con guerrilleros, ejércitos de Colombia y Ecuador, paramilitares y bandas delincuenciales.

Los países latinoamericanos consolidando su unidad, una vez más, en el marco del respeto a la autodeterminación de los pueblos y a su soberanía, deberán garantizar que el subcontinente sea un gran territorio de paz, y para ello ya no existirá ninguna excusa que perpetúe la imperial y absurda presencia de bases militares norteamericanas.


La paz en Colombia plantea aún muchas interrogantes y expectativas,  que con convicción y cumplimiento de los compromisos creará condiciones favorables para bien de todos, es por ello que no solo nos entusiasma sino que además nos invita a ser observadores serios de este delicado asunto llamado a constituirse en uno de los hitos históricos de principios de siglo para Sudamérica.

domingo, 24 de abril de 2016

100 % SOLIDARIOS

Por: Francisco Ulloa Enríquez

Tomo prestado el título y el texto publicado en facebook por mi esposa, Raquel Herrera, para compartir con nuestros lectores mis primeras reflexiones escritas, sobre el devastador terremoto de 7.8 grados que afectó principalmente a las provincias de Manabí y Esmeraldas, con consecuencias menores en otras provincias y sentido en todo el país:

“He tenido la oportunidad de conocer, vivir y disfrutar de Manabí. Cómo olvidar sus playas: El Murciélago, Tarqui, Santa Marianita, La Tiñosa, Los Frailes, San Lorenzo, Canoa, Bahía, San Vicente, San José, Puerto Cayo, Ayampe, Crucita, Pedernales, San Clemente, Santa Rosa, Las Piñas, entre otras; su exquisita gastronomía: ceviches, bollos, tonga, corviches, greñoso, encebollado, torta de verde con pescado, torta de maíz, pan de almidón de yuca, huevos mollos, alfajores, dulce de camote y un sin fin de delicias; la tradición oral manabita con sus amorfinos, chigualos; pero por sobre todo la sonrisa y forma espontánea de su gente; cada uno de sus 22 cantones tiene su atractivo. Al lograr comunicarme tras varios intentos con algunos amigos, me conmueve oírles que al narrar su experiencia en esta tragedia, su voz se corta, y rompen en llanto. Hoy ellos nos necesitan y que sea nuestra fortaleza la solidaridad, así como Chone plasma su orgullo en la frase 100% chonero, que hoy nuestro orgullo sea la solidaridad, 100% solidarios. Unidos lo lograremos,…”

Son muchos los afectos que me unen a la ciudad de Manta, en ella por varios años trabajé asesorando en el proyecto educativo de las instituciones regentadas por la Congregación de Hermanas Oblatas de San Francisco de Sales; allá pude compartir tertulias culturales y sociales con entrañables amigos, en esa bella ciudad puerto crecieron y se educaron mis hijos y fueron muchos los sueños que trazamos para una tierra acogedora y generosa. Cuando fui Presidente de la Asociación de Universidades y Escuelas Politécnicas Públicas del Ecuador, pude conocer de cerca los esfuerzos de las universidades manabitas por cada día ofrecer mejores oportunidades de formación profesional a sus estudiantes. Y como no señalar que en Manabí descubrí innumerables rincones hermosos con amaneceres, atardeceres y noches de ensueño, donde la naturaleza y su gente se funden en uno para pintar sus paisajes de colores y fundirlos a los variados tonos azules de su cielo y de su mar , donde los días soleados parecen eternos, y las noches de luna se cobijan con el arrullo del mar, y en sus playas que parecen infinitas se camina descalzo sintiendo la suave ternura de la arena que te acaricia y al juntarse con las aguas saladas que llegan con las olas te entregan un bálsamo refrescante, sencillamente delicioso.

Puedo decir que la mayor parte de los ecuatorianos alguna vez disfrutamos de Manabí o de Esmeraldas y sus encantos, es por ello que la solidaridad no se ha hecho esperar, la improvisación del Gobierno al no contar con un fondo para atender desastres ha sido remplazada con creces por el corazón solidario de los compatriotas de todas las regiones del país y por una comunidad internacional conmovida ante la magnitud del desastre que el terremoto dejó.

Sabemos que los esfuerzos para salir adelante serán enormes, que es necesario aprender las lecciones que nos dejan estas durísimas pruebas para no cometer más errores, especialmente, en la calidad de nuestras construcciones; estoy convencido que la unidad del pueblo obligará a los gobernantes a entender que por la ubicación geográfica nuestro querido país esta expuesto permanentemente a sufrir las consecuencias de desastres provocados por fenómenos naturales que se agravan por causas antrópicas, y que es obligación del Estado salvaguardar a la comunidad contando con un fondo permanente que sirva para atender estas potenciales catástrofes.

Hoy más que nunca los versos hechos canción y que sonaron por primera vez en 1935 y surgieron de la inspiración de Elías Cedeño Jervis y que gracias a la musicalización del cuencano Francisco Paredes Herrera se convirtió con el pasar de los años en el pasillo símbolo que en todo el país se tararea con inmenso sentimiento. Sea esta la mejor forma de decir a toda la gente manabita que el corazón del Ecuador está con ustedes.


Tierra hermosa de mis sueños
donde vi la luz primera,
donde ardió la inmensa hoguera
de mi ardiente frenesí;
de tus plácidas comarcas,
de tus fuentes y boscajes,
de tus vívidos paisajes
no me olvido Manabí.

Son tus ríos los espejos
de tus cármenes risueños,
que retratan halagüeños
el espléndido turquí.
De tu cielo en esas tardes
en que el sol es una pira,
mientras la brisa suspira,
en tus frondas,  Manabí.

Tierra hermosa de mis ansias,
de mis goces y placeres,
el pensil de las mujeres
más hermosas se halla en ti.
Por la gracia de tus hijas,
por tus valles, por tus montes,
por tus amplios horizontes,
te recuerdo, Manabí.

Tierra bella cual ninguna,
cual ninguna hospitalaria,
para el alma solitaria,
para el yermo corazón:
Vivir lejos ya no puedo
de tus mágicas riberas,
¡Manabí de mis quimeras,

Manabí de mi ilusión!

miércoles, 13 de abril de 2016

DÍA DEL MAESTRO

Por: Francisco Ulloa Enríquez

Son 96 años de festejar oficialmente el Día del Maestro Ecuatoriano, ya que en 1920 el presidente Alfredo Baquerizo Moreno emitió el Decreto a través del cual se designó el 13 de abril de cada año día de la Fiesta del Maestro, en consideración a que esta fecha corresponde al nacimiento del ilustre escritor Juan Montalvo Fiallos y es la más adecuada.

Posteriormente, y en sucesivas resoluciones de carácter ministerial, fueron incorporados como ejemplo de insignes educadores ecuatorianos: Federico González Suárez, Luis Felipe Borja, Víctor Manuel Peñaherrera, Pío Jaramillo Alvarado, el Hno. Miguel, Manuela Cañizares y Dolores Sucre. Por ahora no me detendré a efectuar mayores comentarios respecto a estos referentes, sugiero sean ustedes quienes investiguen y adopten una postura analítico crítica, de todas maneras el viejo adagio popular de que <no están todos los que son y todos los que son no están> podría ser válido.

Conscientes que la organización es importante, en 1934 se conformó el primer Sindicato de educadores primarios, esta iniciativa se fortaleció con el pasar de los años y un 13 de abril de 1938 mediante Decreto firmado por el general latacungueño Alberto Enríquez Gallo, quien ejercía la Presidencia de la República, se declaró “obligatoria la sindicalización del profesorado oficial” (fiscal). En mayo de ese mismo año se constituyó legalmente el Sindicato Nacional de Educadores Ecuatorianos.

La posición crítica a las políticas de los gobiernos de turno, hizo que el régimen de Arroyo del Río ilegalice al sindicato de maestros y los persiga. La lucha constante y la tenacidad de los dirigentes logró que en 1944 se efectúe, del 1 al 4 de agosto, en Quito, el Primer Congreso Nacional de Educadores Ecuatorianos, este acontecimiento llevó a conformar la Unión Nacional de Educadores, con afiliación libre y no obligatoria, siendo sus objetivos fundamentales la defensa de la educación laica, fiscal, gratuita, de calidad, que garantice los derechos de maestros (as), niños(as) y jóvenes.

En agosto de 1973, la represión a una marcha nacional del magisterio por parte del gobierno militar, cobra en Guayaquil la vida de la maestra Rosita Paredes Jumbo, que con el pasar de los años se constituiría en heroína popular y símbolo de la lucha del magisterio ecuatoriano. La dictadura militar tuvo en la organización de maestros un frente muy combativo, hecho que produjo la segunda ilegalización en 1976. Con el retorno a un régimen democrático, en 1979, el presidente de la República Jaime Roldós Aguilera devolvió la personería jurídica a la UNE.

El interés de los diferentes gobiernos por dividir la organización de maestros ha sido constante, el actual régimen no es la excepción, la arremetida ha sido brutal, descalificándola pretende por decreto eliminar la historia de una institución que con aciertos y errores ha sido el estandarte de los educadores ecuatorianos.



Efectuada esta breve retrospección histórica, la celebración del Día del Maestro, en este 2016, no está exenta de una serie de polémicas producto de la visión de carácter represivo que ha impuesto el régimen al sistema educativo, con maestros y estudiantes sancionados por pensar distinto y expresarlo, con una organización sindical paralela que al recibir la cobertura de éste, muestra su obsecuencia y lo respalda.

El sistema educativo de carácter tecnocrático ha dejado intocados los problemas reales de la educación ecuatoriana y todo parece indicar que, en este aspecto en todos los niveles por las inequidades y los desaciertos, el gobierno pierde el año y los maestros en su gran mayoría pensamos que tenemos una nueva década perdida ya que existe una enorme distancia entre lo que se dice en la propaganda oficial con la realidad que se palpa en el día a día.

Por nuestros niños y jóvenes, no perdamos la esperanza, es hora de combatir vigorosamente la desideologización y la desvalorización de lo nuestro, y para ello el educador del siglo XXI, debe ser un EDUCADOR SOCIAL y convertir a la educación en un  fenómeno social.

En fin, mi llamado es para invitarnos todos a desarrollar una educación para liberar hombres y pueblos.


¡Que viva el Día del Maestro Ecuatoriano!