martes, 26 de enero de 2021

Lalo Freire y sus memorias

.                                     Imagen tomada del Facebook de bibliomashca Huacos

Por: Francisco Ulloa Enríquez

En Latacunga, hablar de Lalo Freire es referenciar a un personaje identificado con los libros y la lectura, eso le ha servido para ser considerado el Librero de Latacunga; en los últimos años, una interesante producción literaria nos remite al escritor que cuenta las historias locales con un agradable lenguaje coloquial.

"Alza la pata curiquingue y otras memorias de Latacunga", publicado en el 2012 por Ediciones Colibrí, en 120 páginas recoge 16 historias  que forman parte de los referentes simbólicos de la ciudad, Lalo con esta obra inició su producción intelectual, la misma que ha sido bien recibida por los lectores latacungueños.

El escritor, al igual que muchos en nuestro país, ha tenido que convertirse en editor y financista de su trabajo. En el 2014, sin sello editorial, publicó el libro "Aprendimos a quererte y otras memorias de Lata", en esta ocasión en 140 páginas presenta 20 historias que son producto de su profunda querencia a su amada ciudad de Latacunga.

En el 2020, año difícil para la humanidad, Lalo no se detiene y nos sorprende con "Memorias del librero de Lata", en 240 páginas cuenta 30 historias que nos acercan una Latacunga de vivencias múltiples que cierra magistralmente trazando las líneas estratégicas de un nuevo sueño. Lleva años impulsando el proyecto "Latacunga ciudad lectora", que con constancia y esfuerzo ha alcanzado magníficos resultados, ahora su propuesta apunta a "formar futuros escritores en Lata, no para presumir, ni para concursos, simplemente para divertirnos y formar seres críticos"; ya arrancó con la construcción colectiva de un cuento y la idea es hacer realidad un taller de escritores.

Luis Eduardo Freire Zapata, el último "llamingo" de trece hermanos, en el 2021, seguirá caminando incansable en su anhelo de ayudar a construir una ciudad muy humana, es por ello que sus propuestas, nacidas en "el shungo" de este "mashca", siempre aportan al mejoramiento integral de un pueblo profundamente ligado a las caprichosas formas andinas de esta, nuestra "Llacta".

Sentipensar la ciudad hace que transitemos por los senderos de los afectos, por la gente y los lugares comunes, por la calidez de la vivencia diaria que nos convierte en vecinos, amigos, "panas" como diría Lalo. Estos libros, con lenguaje sencillo narran historias que en algunos casos las hemos escuchado en las tertulias, construyen el referente identitario de un pueblo diverso, en el que tanto los aquí nacidos como aquellos que nos hemos radicado en esta tierra, nos apropiamos de los personajes populares y sus ocurrencias, de los escenarios y los tiempos en los que se desenvuelven los acontecimientos.

Coincido con Patricio Guerrero arias quien, en el prólogo de la segunda obra de Freire, afirma que este y sus otros textos posibilitan ir corazonando la vida, para ir dando luz y color a la memoria de esta tierra de volcanes. Por ello, gracias sinceras al "Librero de Lata", al apasionado de las letras, del ajedrez y de la buena conversa, al irreverente que cuenta cosas con pelos y señales, al inconforme con las injusticias sociales, en fin, gracias al contador de historias.

Invito a mis lectores a disfrutar los libros de Lalo, a comprometerse con sus proyectos y a se parte de una construcción colectiva de una vida plena, donde la buena vecindad y la amistad cohesionan a sus pobladores.