Francisco Ulloa Enríquez
La provincia de Cotopaxi fue creada el 18 de marzo de 1851 por Decreto
Legislativo 354 publicado el 26 de marzo de 1851 en el periódico “El Nacional”;
¿por qué entonces la celebración es el primer día de abril?
Debido a una Ordenanza expedida en febrero de 1968 por el
Consejo Provincial, mediante la cual definió que el 1º de abril de cada año sea
el de celebración de la provincia de Cotopaxi. La sustentación jurídica para
esta resolución tomó en cuenta una disposición
del Código Civil, entonces vigente, que decía: “En el cantón al que pertenece
la Capital de la República, se entenderá que la Ley es conocida de todos y será
obligatoria después de seis días contados desde la fecha de la promulgación; y
en cualquier otro cantón, después de estos seis días, uno más por cada veinte kilómetros de
distancia entre las cabeceras de ambos cantones. Podrá, sin embargo,
restringirse o ampliarse este plazo en la misma Ley, designando otro especial”.
De los 165
años que cumple como provincia, 87 de estos fueron bajo la denominación de
provincia de León y suman 78 los años como provincia de Cotopaxi. Esto se debe
a que apenas transcurridos seis meses y medio de creación, un Decreto Ejecutivo
firmado por José María Urbina, el 9 de octubre de 1851, le cambió su nombre, designándola
Provincia de León, hasta que el general Alberto Enríquez Gallo, el 2 de junio
de 1938 le devolvió el nombre de provincia de Cotopaxi.
Para que el
general latacungueño, Enríquez Gallo, tome esta decisión parece ser que influyó
mucho Remigio Romero y Cordero, así lo afirma José Gabriel Terán Varea,
Prefecto de Cotopaxi en su discurso de orden del 1º de abril de 1968, en el que
dice:
“Se enamoró
de nuestra tierra, la quiso como propia y cuando fue a la legislatura presentó
el decreto para que vuelva a llevar nuestra provincia el nombre del volcán,
centinela eterno y por obra de Remigio Romero y Cordero volvió nuestra
provincia a ser, y para siempre, la provincia de Cotopaxi”.
Esta
afirmación, sin embargo, deja algunos cabos sueltos, ya que en el texto del
Decreto Ejecutivo no menciona ningún considerando relacionado con la
legislatura y Romero y Cordero nunca fue legislador. Lo que sí pudo haber
ocurrido es que éste, haya suscrito el informe de la Comisión a la que hace
referencia el último considerando del Decreto en cuestión.
Es menester
destacar que Remigio Romero y Cordero, oriundo de la provincia de Cañar (Déleg
1895 – Quito 1967), tiene ganado un
puesto importante en la historia de Cotopaxi, ya que su amistad con Alejandro
Maldonado, gobernador de Cotopaxi, lo llevó en 1932 a ser Secretario de esa
dependencia, permaneciendo en ese cargo incluso cuando asumió la Gobernación
Gustavo Iturralde Parreño. Al año de su permanencia en Latacunga (1933), la Editorial
Bolívar, de los hermanos Alfonso y José Rumazo González, publicó el libro de
poesías “Condóricamente” de 203 páginas, dedicado a la tierra leonesa que lo
acogió. Los mismos hermanos Rumazo González, destacados intelectuales de
Cotopaxi, “promovieron la coronación de Remigio Romero y Cordero como Poeta
Nacional en la cima del Yavirac – El Panecillo – con la pompa y boato de los
antiguos tiempos, por mano de Isabel León Aguirre, que vistió de Virgen del Sol”.
En 1958, el cariño de Romero y Cordero por la tierra que lo amparó, se reflejó
en un libro escrito en prosa denominado “Al pie del Cotopaxi”.
Una calle de
Latacunga lleva el nombre de este destacado intelectual, inmortalizando así el
lazo entre el hombre y la tierra a la que admiró y que le inspiró a escribir
poemas destacando su grandeza; así:
Condóricamente
II Fragmento
Nieve del
Cotopaxi, agua suprema
que de diez
mares de la tierra subes,
y –para ser
en el volcán diadema-
vas al
laboratorio de las nubes…
Nieve del
Cotopaxi, frígida agua
a quien del
cóndor rompe, el aletazo,
que miras la
cabeza al Tungurahua
y la testa al
Chimborazo …
Nieve, si el
sol te derritiera, el río
que bajara de
ti, blanco y bravío,
inundaría las
remotas zonas…
Nieve, si el
sol te derritiera, aleve,
acaso no
bastara el Amazonas
para volver
al Cotopaxi nieve…