miércoles, 20 de febrero de 2019

RECUPERAR LOS RÍOS DE LA CIUDAD, UNA PRIORIDAD

Por: Francisco Ulloa Enríquez

Los cauces de seis ríos recorren el área urbana de Latacunga y eso debería ser no solo motivo de orgullo sino de opciones magníficas de articulación y desarrollo de la urbe. Lamentablemente, su crecimiento no ha estado conectado con sus ríos y estos han terminado convirtiéndose en cloacas pestilentes por los altos índices de contaminación a la que han sido sometidos.
La ciudad se ha expandido de espaldas a un potencial natural que ofrece magníficas oportunidades para incrementar los bajos indicadores de espacios verdes, los cauces de los ríos siguen relegados y hasta olvidados en los escasos puntos en los que coinciden con áreas públicas, que deberían estar pensadas para la recreación masiva.
Es indispensable que, ante el inocultable deterioro ambiental, autoridades y pueblo fijemos nuestra mirada y encaminemos esfuerzos de manera priorizada para hacer que nuestros ríos, con grandes parques lineales, se conviertan en ejes integradores de desarrollo, si queremos una ecociudad, resiliente y sostenible es necesario sentipensar y ponernos a trabajar.
Es cierto que este es un proyecto ambicioso, requiere de considerables recursos económicos y largo tiempo para su implementación, sin embargo creemos que es posible lograrlo con una planificación adecuada, con una amplia participación de la ciudadanía, con una férrea voluntad política que trascienda los coyunturales períodos de las diferentes administraciones que se renuevan periódicamente, con la decidida participación del sector privado que parece haber olvidado su compromiso social. Ejemplos extraordinarios exitosos los encontramos en todo el mundo y en ciudades grandes y muy complejas.
Reiteradamente escuchamos que Latacunga necesita un remesón para salir de su aletargamiento e inercia que no le permiten un despegue armónico  y  dinamizador de la calidad de vida de su gente. Bueno, un proyecto de alto impacto es aquel que involucra a los ríos como parte importante de la planificación de la ciudad y que alrededor de estos se generen áreas con usos recreativos, deportivos, culturales y gastronómicos que activen a estos corredores y hagan que la ciudadanía los integre en su vida diaria.
Los beneficios de volver a mirar nuestros seis ríos son sociales, ambientales y económicos. En el primero, se promueve la cohesión de los barrios, ya que se cuenta con nuevos espacios públicos de calidad para el encuentro, incluso si los ciudadanos se apropian de estos espacios aumentaría la seguridad y se reducirían los índices de violencia; en el segundo, la restitución de la cuenca hídrica regeneraría el hábitat biodiverso, contribuiría al control de la temperatura,  la calidad del aire y  a evitar inundaciones. Finalmente, al restablecer la salud pública se reducen los presupuestos dedicados a ello, se eleva el valor inmobiliario y se fomenta el desarrollo comercial en la zona, este tipo de iniciativas son susceptibles de atraer la inversión privada.
La gran interrogante es si la multitud de aspirantes a alcaldes y concejales ¿tendrán entre sus propuestas iniciativas pragmáticas y no demagógicas que inviten a desarrollar la zona urbana de Latacunga, poniendo a nuestros ríos como articuladores de desarrollo?

miércoles, 13 de febrero de 2019

Espacios públicos tomados por negocios privados


Por: Francisco Ulloa Enríquez

La ocupación arbitraria de espacios públicos por parte de negocios privados se incrementa día a día en la ciudad de Latacunga, esto ocurre ante la pasiva mirada de las autoridades que parecería les gusta vivir en medio del caos.

No me refiero únicamente a los cientos de vendedores ambulantes, sino a aquellos que convierten amplias avenidas en mecánicas para transporte liviano y pesado, talleres de pintura, almacenes de auto lujos que ocupan los frentes de sus negocios para su uso exclusivo, bloqueras y establecimientos de diferentes artículos que invaden las veredas para promocionar sus productos, en fin, la lista es extensa.

El olor a combustible, los golpes del martillo moldeando el metal y el reventar de los tubos de escape son una constante; es fácil ver sobre las calles y aceras: gatas, tuercas, alicates, destornilladores, llantas y otros artículos. Curiosamente junto a estos establecimientos que generan altos índices de contaminación funcionan restaurantes y locales que empacan alimentos, si no lo creen,  les invito a darse una vuelta por la avenida Iberoamericana en la parroquia Eloy Alfaro.


Esta indisciplina ciudadana se produce porque para las autoridades es más fácil hacerse de la vista gorda antes que buscar una solución definitiva que ordene la ciudad, dinamice el sector productivo y de servicios. No es la primera vez que señalamos la necesidad de contar con un parque industrial y un parque artesanal; tampoco es la primera vez que recordamos a quienes ejercen el gobierno local que los planes de desarrollo son para ejecutarlos y las ordenanzas para hacerlas cumplir.

Conciudadanos, en la campaña electoral en curso, exijamos a los cientos de candidatos pronunciamientos claros sobre estos aspectos, que no se queden en eslóganes publicitarios, la apatía de la ciudadanía en torno a la designación de nuevas autoridades en gran medida obedece a la ausencia de propuestas serias y concretas que ofrezcan solución a los problemas diarios.

Como la esperanza es lo último que se pierde, esperemos que, más temprano que tarde, podamos empezar a hablar de cómo nuestras autoridades en el ejercicio pleno de la democracia participativa hacen realidad que Latacunga sea una ciudad creativa, inclusiva, respetuosa del medio ambiente, segura, productiva y que brinde garantías para el buen vivir.