Por: Francisco
Ulloa Enríquez
Cuando inicia un año se plantean, a nivel individual y colectivo, una serie
de metas a alcanzar. Para nuestra ciudad podrían constituirse en mega desafíos
de los diversos sectores los siguientes:
En el ámbito político, equivocarnos lo menos posible en la elección de
autoridades seccionales, es nuestra obligación exigir que expongan sus planes
de trabajo para evitar la demagogia y el oportunismo.
En lo administrativo, el clamor ciudadano se suma al pedido de mejorar la seguridad, la
delincuencia no puede seguir haciendo de las suyas: robos, asaltos, asesinatos,
desapariciones de personas nos tienen en zozobra permanente. Es increíble que
incluso dos de las principales autoridades locales que sufrieron en carne
propia, en el 2018, ataque de los malandrines, se sumen a desconfiar de los
encargados de investigar y sancionar estos actos. El desafío está en contar con
un efectivo plan debidamente coordinado entre autoridades nacionales y locales.
Se espera también que la movilidad y el trato a los usuarios mejore
sustancialmente, no sería justo que sigamos en los primeros lugares en las
estadísticas de accidentes fatales de tránsito y que el servicio de transporte
urbano y rural continúe con deficiencias en su calidad. La ciudad es un caos,
mecánicas en las calles y avenidas, el transporte pesado utilizando
indebidamente diferentes espacios públicos, un terminal terrestre de miedo, un
parque automotor viejo, inexistente señalética horizontal y vertical para guiar
el tránsito, aceras construidas para ser ocupadas por los postes del tendido
eléctrico, vías con escasa iluminación y en su mayoría en mal estado.
En el 2019, una acertada auditoría de obras inconclusas debe llevarnos a
establecer prioridades, fortaleciendo la gestión para evitar paralizaciones
innecesarias que incrementan los inconvenientes y molestias en los moradores.
Las llamadas frustraciones, por parte del burgomaestre en funciones, deberían transformarse
en realidades, así alcantarillado y
camal tecnológico; no olvidarse de la necesidad urgente de contar con un parque
de la familia, un parque industrial, un parque artesanal, entre otras obras
indispensables.
Reactivar la producción y el empleo después de la crisis generada por el
desgobierno nacional y local a la que se sumó el torpe manejo de la emergencia
volcánica son los mayores retos, en ello el sector privado debe despojarse de
sus múltiples miedos y creativamente impulsar iniciativas que abran las puertas
a una economía alternativa que dinamice el alicaído y casi agonizante sector
agrícola y pecuario. El cambio de matriz productiva debe dejar de ser un
discurso vacío y aterrizar en proyectos que redistribuyan la riqueza en amplios
sectores poblacionales.
La calidad de vida está dada por la inclusión social y las oportunidades de
acceso a salud, vivienda, cultura y recreación. Las personas con alguna
discapacidad y aquellas que requieren atención prioritaria no pueden seguir
mendigando sus derechos y la población en general no debe estar al margen de
una oferta de calidad en instalaciones y programación cultural y recreativa,
las políticas en estos ámbitos han sido de alcance limitado.
El deporte de competencia presenta un reto en el fútbol con un equipo en
primera “B” y un campeonato local lleno de indiferencia producto de
instituciones que no generan pertenencia en la afición local ya que en su
mayoría son clubes de membrete sin raigambre popular, la dirigencia está
obligada a innovar o, por el bien de la
Provincia, ceder la posta a gente con pensamiento diferente al que ha manejado
el fútbol local por décadas. El atletismo, siendo un semillero natural de
deportistas con las condiciones fisiológicas para alcanzar el éxito en pruebas
de largo aliento, lastimosamente, no encuentra el eco necesario en la
dirigencia que jamás se ha planteado el reto de construir un centro de alto
rendimiento. No continúo con otros deportes por razones de espacio, pero al ser
similar o más crítico el diagnóstico los retos son muchos.
Ustedes, estimados lectores, seguro que también estarán esbozando sus
propias interrogantes y mega retos, invito a comentarlos en la reunión de
amigos, del barrio, o en cualquier espacio propicio que haga factible multiplicar
las voces y podamos ir al encuentro de soluciones que nazcan del pensamiento
colectivo.
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